Un encuentro con Jesús… es algo que todos necesitamos, ya sea que solo hayamos oído hablar de Él desde lejos, sea que ya lo conozcamos o que hayamos caminado hace muchos años a su lado.

No hay nada más especial que encontrarnos con nuestro Señor, nuestro Hacedor, nuestro Salvador, nuestro Sanador, nuestro Proveedor y nuestro Fiel Amigo. Como Él no hay otro, y no importa en qué punto de nuestras vidas nos encontramos, Jesús tiene algo sumamente especial para mostrarnos durante ese fin de semana de Encuentro.

Todos tenemos cargas viejas en nuestras vidas. A veces, ni estamos conscientes de ellas. Se han escondido en algún rincón de nuestro ser y solo en los momentos menos esperados y deseados, se hacen sentir. No nos dejan progresar en las relaciones con nuestros seres queridos, en nuestra vida profesional, en nuestra vida de fe, en todas las áreas de nuestra vida. Pero esto no tiene por qué terminar así: Jesús nos trajo libertad cuando se entregó por nosotros en la cruz, pero la tenemos que recibir de su mano y de esto se trata el Encuentro con Jesús.

Jesús dijo, en Juan 10:10: «El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir;  yo he venido para que tengan vida,  y para que la tengan en abundancia».

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¡Ven y recibe lo que Jesús tiene específicamente para ti!